Comencemos por ver las características principales de un mapa mental:
Ausencia de proposiciones
Mientras en los mapas conceptuales debías tener cuidado para que los conceptos estuviesen bien unidos por palabras-enlace y formar así proposiciones con sentido completo, en los mapas mentales vas a despreocuparte de todo esto.
No es necesario que en un mapa mental se puedan leer oraciones, ya que lo importante es dar una visión global de un tema de manera natural, es decir, tal y como tu pensamiento y creatividad lo "visualizan" sin ponerte ningún tipo de límite.
Informalidad
Una de las razones para usar los mapas mentales es que aportan diversión a tu día a día.
Si en los mapas conceptuales debías tener cuidado de usar símbolos universales, líneas o flechas según el tipo de relación que hubiese entre conceptos, etc., aquí podrás olvidarte de todo esto y ser tú mismo/a.
Flexibilidad
El mapa mental se adapta a ti y no al revés.
Justo por eso, podrás usarlos en más aspectos de la vida diaria que los mapas conceptuales, ya que tardarás menos tiempo en hacerlos y requerirán de menos análisis y estudio, es decir, de menos esfuerzo.
Rompe los bloqueos
Cuando realizas un mapa conceptual, tienes que pasar por diversas fases para conseguir categorizar las ideas y encontrar la relación entre ellas, por eso, en ocasiones, te bloquearás a la hora de hacerlos.
Sin embargo, en un mapa mental, al no haber reglas tan rigurosas, podrás seguir enlazando ideas tal y como te vengan a la mente, sin importar si están jerarquizadas o si son lógicas.
Por ello, te permitirá relajarte y seguir adelante.