Para que entiendas bien la diferencia entre los tres tipos de pensamiento que acabas de ver, piensa en que estás paseando.
Pensamiento lineal o convergente
Seguir el pensamiento lineal o convergente sería como andar por una gran avenida recta en la que no tendrías que tomar ninguna decisión. Simplemente, te dirigirías a tu destino pensando en cualquier otra cosa, sin esfuerzo y rápidamente.
Pero ¿qué pasa si no conoces el camino?
Pensamiento lateral o divergente
Si te guiaras por el pensamiento lateral o divergente deberías elegir qué camino tomar en una bifurcación porque no estás seguro de cuál de los dos es el itinerario correcto. No dispones de ningún mapa, pero tienes que llegar a tu destino, así que tienes dudas, pero debes escoger.
Te aventuras, así que puede que te equivoques o que des con un sendero rápido o más bonito o quizás en el tiempo que estás en él se te ocurra una buena idea para otra cosa.
Pensamiento irradiante
Por medio del pensamiento irradiante, puede que no tengas claro qué salida tomar, pero tienes claro dónde estás ahora mismo y recuerdas parte del camino, así que, sólo con andar un poco sabrás si te has equivocado y podrás volver al punto del que saliste rápidamente y escoger el otro tramo, que te "sonaba de algo".
También, podrás tomar un atajo por ese callejón que acabas de recordar que conocías de antes. Y es que, gracias al pensamiento irradiante, nunca estás perdido del todo ya que siempre hay algo que se guarda en la memoria.
En la siguiente infografía puedes ver los tres pensamientos de un sólo vistazo: